Montar la nata fresca y guardar en el frigorífico en un recipiente grande.
En una batidora planetaria batir las yemas de huevo a alta velocidad.
Echar el azúcar en una cacerola y cubrirla con agua, aproximadamente 1 cm y llevar a ebullición.
Cuando el azúcar haya alcanzado los 121 grados, viértalo lentamente sobre las yemas de huevo y lleve a velocidad media hasta que esté casi frío y agregue 7 gotas de aceite de mandarina verde para comenzar.
Cuando la mezcla esté fría, incorpórala suavemente a la crema.
Si el aroma te parece demasiado ligero, añade más gotas de mandarina, siempre una gota a la vez y mezcla bien entre una gota y otra.
Verter en moldes y reservar en el congelador durante 24 horas.